sábado, 7 de abril de 2018

Culiblancos

Con el nombre de “culiblanco” eran conocidas en Marbella estas dos aves que esta semana he tenido la suerte de poder observar. Y es que ambas se han rarificado bastante en nuestro término en los últimos años, llegando una de ellas a casi desaparecer como reproductora en nuestro municipio.
Hembra de Collalba rubia.
Es la Collalba rubia Oenanthe hispanica, la que más ha sufrido la mencionada disminución de efectivos, hasta el punto como antes comenté, de ser hoy en dia difícil de precisar si alguna pareja llega a criar. Este bonito túrdido de coloración general ocre, tiene un dimorfismo sexual acusado, siendo el macho mucho más vistoso que su congénere. Ayer pude observar a esta hembra, en migración con total seguridad, descansando de su largo viaje migratorio. Cría en paises del mediterráneo llegando hasta Irán y Kazakistan por el este. Es una habitante de medios abiertos mediterráneos y la progresiva matorralizacion y reforestación que está teniendo lugar en Iberia le está afectando negativamente. –de hecho ya figura en el Libro Rojo de las Aves de España como “casi amenazada”- y su tendencia parece que va a continuar siendo regresiva. Es una migradora transahariana que inverna en el Sahel y que en estos primeros días de abril regresa a sus zonas de cría.
Macho de Collalba negra

El otro pájaro al que también se denominaba con el mismo nombre de culiblanco y yo diría que más acertadamente, es la Collalba negra Oenanthe leucura. Al contrario que su pariente la rubia, es un ave fundamentalmente sedentaria, que apenas realiza movimientos migratorios. Es un habitante típico de zonas de roquedos, tan comunes en nuestra sierra, que es donde se la suele observar. Existe una pequeña diferencia en la coloración entre sexos, siendo la hembra de un tono negro algo más apagado que el macho. Al tratarse de una especie sedentaria es posible observarla en Marbella durante todo el año, aunque en estas fechas en las que ya se encuentra en plena reproducción, es más fácil localizarlas, pues su canto y sus exhibiciones en las cercanías del nido son frecuentes. Tiene un área de distribución muy restringida a Iberia y el noroeste de África, y además, dado lo específico de su hábitat, los lugares adecuados para su modo de vida no son muy numerosos en nuestro país, siendo mucho más frecuente en la España caliza, sobre todo el levante y el sur.
Ambas especies de “culiblancos” son muy dadas a buscar el sustento en el suelo. La primera en terrenos con escasa vegetación y la segunda entre las rocas, donde buscan insectos y otros pequeños invertebrados que constituyen su dieta.

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